
Este es la nueva incorporación a la familia, tiene 6 semanas y es una mezcla de gato con gata, aunque se intuye algo de siamés por ahí: cola y orejas oscuras, ojos azul cielo...
El otro dia mi marido (antimascotas en casa) me hizo subir sin pasar por dónde nos quitamos los zapatos para cambiarlos por las zapatillas, "tengo una sorpresa" me dijo. Una vez en la cocina con los niños, el se fue a buscar la sorpresa y de repente, entró con un gatito en las manos que no dejaba de maullar.
Mi hijo una vez pasada la primera emoción dijo: ya no podremos irnos de vacaciones nunca más (que es la excusa que les dábamos para no tener ninguno) ¿no estará mejor con su madre y sus hermanitos?
Y mi hija que le encanta cualquier bicho, no hacía más que repetir: pero nos lo vamos a quedar? para siempre?
Yo no sabía si reir, llorar o qué hacer, porque a mi me encantan los gatos, de pequeña había tenido, pero ya me había hecho a la idea de no tener animales a los que hay que cuidar en casa (tenemos peces y una tortuga, pero con algo de comida ya hacen), era una contradicción entre mi yo emocional, encantado de tener otra cosita a la que querer y achuchar, y mi yo práctico que me indicaba que se acabaron las escapadas de finde sin planear, más cuidado con la limpieza,...
Ganó el emocional, claro, estoy encantada con el gatito!!!
Ganó el emocional, claro, estoy encantada con el gatito!!!
A mi pregunta a mi marido del por qué de este cambio, (porque no se lo encontró y le dio pena, no, pidió a un compañero que se lo trajese) contestó que yo un dia le expliqué que había soñado que él me traía un gatito, y que en mis ojos vio tanta emoción que pensó que tenía que hacerlo. Yo ya ni me acordaba casi de eso... es bonito, no?
Un abrazo
Pd: ya le he aclarado que si sueña con morenazas que le dan masajes no crea que se las voy a traer a casa ;-)