
Nuestros niños deberían ser simplemente niños, y como tales dedicarse a descubrir el mundo, a jugar, a reir, a aprender y a crecer...
y a dejarse querer y abrazar y besar sin el temor de que tras eso pueda venir ALGO más.
Por desgracia no es este el único drama de muchos niños, también los hay que sufren maltratos, abandonos, que tienen que trabajar muy duro, que buscan su comida en montañas de basura y que ni tan siquiera tienen basura dónde buscar.
No arreglaremos el mundo desde aquí, pero una pequeña reflexión nos puede hacer ser mejores personas, valorar más lo que tenemos y lo que hemos tenido (algunos) en nuestra infancia
Yo doy gracias por haber tenido una niñez plena, sin lujos pero sin penurias y con mucho amor a mi alrededor, y espero que mis dos pequeñines crezcan así.